dilluns, 20 d’abril del 2009

Crònica del Festival Plaça de la Odisea


A menudo, los factores climatológicos correspondientes a la primera etapa primaveral se caracterizan por una inestabilidad latente. Durante el fin de semana del 16 al 18 el clima fue la espada de Damocles que amenazó el festival. Pero eso no impidió que la gran masa Indie barcelonesa atravesara el puente que une el Paseo Colón con el complejo portuario Maremagnum para asistir a los conciertos del Festival de la Plaça de la Odisea que programan los propietarios del mítico Bar Depósito Legal des de l’Hospitalet. En su tercera edición, el festival delata una clara madureza y consigue mezclar propuestas emergentes de calidad (léase Valero) junto a la presencia, por primera vez en el festival, de artistas internacionales como Lacrosse y Piano Magic Todo empezó el jueves, en un arrebatado escenario interior, situado en la segunda planta del edificio del centro comercial del Maremagnum. El ex-tarántula, Joe Crepúsculo, ofreció su show habitual a excepción de que el antepenúltimo tema lo compartió con algunos de los miembros de Extraperlo, quienes le acompañaron en coros, entre un ambiente carismáticamente amigable. Antes de la actuación de Joe Crepúsculo estuvieron actuando Valero y Marcel Cranc. Los primeros, que se establecen como una de las propuestas emergentes más interesantes de la escena independiente barcelonesa cuentan con un background musical envidiable forjado en una base de pop rock de calidad y finura. El mallorquín Marcel Cranc, supuso la propuesta más intimista del jueves y Extraperlo, a última hora, ofrecieron un concierto simplemente genial. Para el viernes se reservaban dos de los platos fuertes del festival. Abrió la tarde el grupo madrileño de pop compuesto a la vieja usanza, Bombones, quienes ofrecieron un show sin altos ni bajos ante la mirada atenta de los más puntuales. Les siguieron Lacrosse tocando uno de los mejores conciertos del festival, en el que además presentaron temas de un nuevo disco que por lo que parece apunta a maneras. Finalmente Antonio Luque cerró una completa noche de viernes, tocando únicamente canciones de los tres últimos álbumes de Sr. Chinarro. El sábado tocaron Cuchillo antes de Klaus & Kinskis, estos últimos con algún percance técnico durante el concierto. Los de Israel Marco y Daniel firmaron un concierto fino, en la línea de su folk místico de capas y percusiones psicodélicas. El concierto de Klaus & Kinski no me pareció extremadamente apoteósico pero el de Piano Magic si que cumplió con lo esperado. Quizás con la masa de público más fiel delante del escenario, los ingleses embalumaron de ritmos progresivamente oscuros un lugar poco acostumbrado a esos estilos. Arnau Sabaté


(Per Mondo Sonoro)